Con ocasión del primer plenario de la ISO 26000 sobre Responsabilidad Social (RS), realizado en Brasil, el sector privado eligió al chileno Guillermo García, actual presidente de la Comisión de Asuntos Públicos y Responsabilidad Social de SONAMI y representante de la Confederación de la Producción y del Comercio, como Representante Empresarial de los Países en Desarrollo en el Chairmen's Advisory Group, la instancia de consulta más relevante en el proceso de elaboración de dicha norma. A diferencia de lo ocurrido en la elaboración de otros estándares de calidad, la Internacional Standarization Organization (ISO) puso esta vez especial atención en asegurar una adecuada representatividad de los países en desarrollo con el objetivo de que tengan mayor gravitación en la formulación de esta norma.
En entrevista con "Boletín Minero", García destaca que a través de esta instancia, "Chile tiene la responsabilidad de asegurar que la opinión de los países en desarrollo esté debidamente representada". "Creo que tenemos una gran oportunidad. Aunque somos un país pequeño en la región, contamos con la credibilidad suficiente como para ejercer posiciones de liderazgo que nos permitan mantener e incrementar nuestra presencia global. En esta ocasión, creo que nuestro sector empresarial no puede desperdiciar la oportunidad de hacer ver su visión respecto de una norma que puede incidir considerablemente en su competitividad", acota. "Así es como apenas conocimos de esta iniciativa, comenzamos a trabajar con la Confederación de la Producción y el Comercio y llevamos el tema a la Asamblea Anual de la Sociedad Inter-Americana de Minería, con el propósito de empezar a involucrar al empresariado latinoameticano".
El ejecutivo señala que existe aún mucha confusión respecto del concepto de Responsabilidad Social. "Algunos investigadores han identificado sobre 300 iniciativas de RS actualmente vigentes, cada cual con su particular sesgo". En este sentido, García identifica en la elaboración de esta norma ISO otra oportunidad: "promover una terminología internacional que sea aceptada por todos los grupos de interés o 'stakeholders' " .
Como sabemos Chile tiene bastante experiencia en relación a las certificaciones ISO, particularmente las ISO 9000 y 14000.
Hasta hace una década atrás, el énfasis estaba centrado en los estándares de calidad de productos. Sin embargo, a partir de la ISO 14000 se incorpora la variable ambiental dentro de la categoría de estandarización. "Con la ISO 26000 sobre Responsabilidad Social, cuyo objetivo integral es económico, ambiental y social, entramos de lleno a la tercera generación de estándares internacionales", puntualiza Guillermo García.
¿Cuál es la génesis de esta norma?
Bueno, desde la Comisión de Medio Ambiente de SOMAMI hemos seguido muy de cerca la evolución del concepto de Responsabilidad Social. Este tema ha sido impulsado con mucha fuerza fundamentalmente por organismos multinacionales, en base a criterios desarrollados en Europa y Norteamérica, y se ha ido consolidando a partir de la difusión durante la década pasada del concepto de Desarrollo Sustentable. Hoy es un concepto totalmente arraigado en la sociedad europea y respaldado por directrices y regulaciones que cuentan con un amplio apoyo ciudadano y muchas ONGs, gobiernos, consultores, asociaciones de consumidores, etc., están trabajando en ello. Incluso, es común observar cómo empresas impulsan este concepto y lo desarrollan como un factor de competitividad. No es de sorprender entonces que hoy estemos hablando de una norma internacional ISO al respecto.
Así es como con la actual plena insersión de Chile en la economía global, este tema constituye un referente importantísimo para la actividad empresarial de nuestro país.
¿Enqué etapa se encuentra el proceso de formulación de la norma ISO 26000?
El desarrollo de esta norma es una decisión tomada y ya está lanzada. Cuando el año pasado se adoptó esta determinación, la ISO estableció un marco de referencia para su formulación, el cual en su mayor parte fue ratificado en la primera reunión plenaria efectuada en Brasil en marzo pasado.
Actualmente existen ya seis grupos trabajando en forma virtual entrando de lleno a una etapa de definiciones respecto de su diseño, la interfase con otras normas y códigos, la identificación de 'stakeholders', etc. Estos serán los temas a discutir en la próxima reunión plenaria programada para septiembre de este año.
¿Cómo está participando nuestro país en este proceso?
Chile, bajo una coordinación muy profesional y eficiente del Instituto Nacional de Normalización (INN), logró conformar un grupo representativo de los seis segmentos que exige la ISO, esto es, representantes expertos de los sectores de ONGs, laborales, consumidores, gobierno, empresarios y otros vinculados al sector académico y organismos internacionales.
Este llamado "comité espejo ISO nacional" desarrolló una posición país sobre el tema. Fue una experiencia tremendamente enriquecedora, porque si bien habían planteamientos y visiones muy distintas, logramos consolidar, en muy corto tiempo, una posición común frente a temas que eran claves.
En el marco de la reunión de Brasil, la delegación chilena ejerció una posición de liderazgo en cada uno de los segmentos. Hay países que llevan mucho tiempo trabajando el tema de la RS, incluso en la región, pero nosotros fuimos con planteamientos muy sólidos. Creo que esta fue una de las principales razones por la cual Chile se atrevió a levantar una candidatura para tener un representante en el estamento asesor más importante en la formulación de esta norma, el Chairmen´s Advisory Group, instancia donde están representados los expertos de todo el mundo correspondientes a cada uno de los segmentos de la sociedad.
¿Cuál era el objetivo fundamental del primer plenario?
Desde nuestra perspectiva, hacernos presente con planteamientos sobre la norma, los cuales después de mucho trabajo habíamos logrado consensuar. Desde el punto de vista empresarial, asegurarnos que la discusión respetase el planteamiento de países en desarrollo como el nuestro y se mantuviese la discusión dentro de algunos principios que resultan claves para este sector.
¿Qué aspectos de la norma les interesaba cautelar?
En primer lugar, que esta norma esté orientada a establecer una guía efectiva, y ampliamente aceptada, para que cada organización pueda operacionalizar el tema de la responsabilidad social, respetando las particularidades propias del contexto social, cultural, político, económico, ambiental, legal, etc, en el que se encuentran. También nos pareció importante insistir en una definición consensuada sobre RS y abordar con flexibilidad el mecanismo de informes o reportes de Responsabilidad Social. Muchas empresas ya han invertido mucho en estos procesos y debemos hacer lo posible por no hacerles perder la inversión.
¿Cuáles son las plazos en que se trabaja?
La ISO 26000 está formulada de acuerdo a un estudio preliminar de trabajo de tres años, es decir ésto debería estar listo el año 2008. Sin embargo, ya existe una cierta inquietud en cuanto a que estos plazos pudieran ser demasiado ambiciosos, considerando la diversidad de actores que está participando en su elaboración y la complejidad de la misma
¿Qué aspectos involucraría la norma?
La discusión de esta norma abarcará temas tan amplios como el respeto a los derechos humanos, respeto a la diversidad cultural, respeto al medio ambiente, condiciones socioeconómicas y calidad de vida según prioridad de trabajadores y comunidades locales, mecanismos de identificación de stakeholders, procedimientos de participación, comunicación e información con los distintos stakeholders, informes públicos transparentes y desempeño auditable, y la promoción de alianzas entre la empresa privada, la sociedad civil y el Estado.
¿Cómo están las empresas chilenas en materia de responsabilidad social?
Creo que en Chile debemos discutir con mayor profundidad el alcance de estas iniciativas, que no hacen otra cosa que responder a movimientos sociales muy fuertes y dinámicos, los que en una economía globalizada irán modificando con gran rapidez la forma en que tradicionalmente hacemos las cosas en Chile. Desde mi perspectiva, el surgimiento de esta norma refleja con claridad los cambios que está experimentando la sociedad en cuanto a la forma de relacionarse y al reordenamiento de roles, expectativas, derechos, obligaciones y balances de influencia y poder. En la medida que podamos comprender oportunamente estos procesos, adaptarnos rápidamente a ellos, y , ojalá, liderar las transformaciones en nuestro ámbito, podremos obtener la ventajas competitivas que necesitamos para la sustentabilidad de nuestras empresas.
En este sentido, confío en que nuestras empresas seguirán buscando fórmulas innovadoras para identificar y relacionarse en forma eficaz con los grupos que son relevantes para su operaciones, liderar la aplicación de este concepto en los países en desarrollo y con ello, obtener -como digo- una ventaja competitiva relevante.
Como vemos, ya estamos muy lejos de una visión de Responsabilidad Social basada únicamente en acciones filantrópicas y paternalistas puntuales para obtener algún objetivo de corto plazo.
¿Cuál será la relevancia de esta norma?
Somos un país que está abierto al comercio exterior y el intercambio libre de bienes y servicios, y como nuestros clientes están cada vez más en los países desarrollados, éstos están exigiendo, por la vía de regulaciones o simplemente por la influencia que tienen los consumidores, incorporar estos conceptos en nuestros procesos.
Por ejemplo, conocemos ya numerosas instituciones que se especializan en los llamados "fondos éticos" de inversión o "fondos socialmente responsables", que recogen el interés de inversionistas que desean invertir en empresas que sean "socialmente responsables". Estos fondos establecen categorías para medir a la Responsabilidad Social de las empresas. Así también observamos cómo los propios accionistas de las empresas internacionales exigen determinados sistemas de gestión socialmente responsables en esas empresas y cómo intituciones como el Banco Mundial y la banca privada se ha estado preocupando de incorporar este concepto en su evaluación de créditos.
¿Esta será una norma voluntaria?
Esta es una norma voluntaria. El problema radica en que todas parten así, pero en la medida que los consumidores y los clientes la empiezan a exigir, ésta deja de ser voluntaria .
¿Qué ocurre con la mediana y pequeña empresa frente a la ISO 26000?
Esa es una de mis principales preocupaciones, ya que a las medianas, pequeñas y las microempresas, muchas de ellas organizaciones muy precarias, se les pueden imponer estándares demasiado exigentes. Entonces, tenemos que ver cómo incorporamos estos segmentos al concepto de RS. Desde el punto de vista de las grandes empresas, también es una complicación, porque muchas de ellas se apoyan en la mediana y pequeña empresa. Y como estas normas no sólo ven el producto o servicio, sino también el proceso y la cadena de suministro, la gran empresa también tendrá que ayudar a la mediana y pequeña empresa a cumplir la norma.
Rodrigo González Fernández
DIPLOMADO EN RSE DE LA ONU
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